Una alimentación y nutrición adecuada son importantes en
todas las etapas de la vida, pero particularmente durante la infancia. La dieta
de los niños y adolescentes españoles se caracterizan por un exceso de carnes, embutidos, lácteos y alimentos con alta carga energética y por un déficit en
la ingesta de frutas, verduras y cereales.Estos productos han alcanzado un gran nivel de venta por varios
factores, entre ellos, la comodidad de consumo y los precios mas bajos que los
de mayor valor nutritivo.
Es preocupante que un 8% de los niños españoles acudan al
colegio sin haber desayunado. A estos niños las mañanas se les hacen
interminables , pueden pasar realmente hambre, se muestran inquietos y cuando
llega la hora del recreo , con los juegos, no suelen comer bien. Comer mas a
medio día no puede remediar esto y poco a poco se habitúan a este descontrol,
que no favorece nada su rendimiento ni su salud. Se ha demostrado que la
prevalencia de obesidad es superior en aquellas personas que toman un desayuno
escaso o lo omiten.
Los hábitos dietéticos de la población infantil española se
encuentran en una situación intermedia entre el patrón típicamente mediterráneo
y el de los países anglosajones. Estos hábitos se inician a los tres o
cuatro
años y se establecen a partir de los once , con una tendencia a consolidarse a
lo largo de toda su vida. La infancia es , por ello, un periodo crucial para
actuar sobre la conducta alimentaria, ya que las costumbres adquiridas en esta
etapa vana a ser determinantes del estado de salud del futuro adulto.
Otras de las causas de la obesidad es la inactividad física.
En varios países desarrollados se ha observado una asociación inversa entre las
tasa de obesidad y el transporte no motorizado.
Una combinación de actividad física regular, variedad de
alimentos en la dieta e interacción social amplia constituye probablemente , el
abordaje mas adecuado para hacer frente al problema al que nos enfrentamos,
teniendo como objetivos alcanzar una mayor longevidad y un envejecimiento sano
de la población.
Hasta hace poco, la diabetes mellitus tipo dos era una
enfermedad típicamente del adulto. Sin embargo esto ha dejado de ser así, y ya
se ven numerosos casos de esta enfermedad en niños y adolescentes. El incremento
del numero de casos de diabetes a estas edades tan tempranas va paralelo al
incremento en la incidencia de la obesidad infantil- juvenil. La edad media del
diagnostico oscila entre los 12 y los 16 años. Es posible que en estos momentos
muchos niños sean diagnosticados erróneamente de diabetes mellitus tipo 1,
incluso hasta un 25% del total. En Europa se estima entre 2.000 y 10.000 niños
padecen diabetes mellitus tipo 2 asociada a la obesidad. Los criterios para
investigar a estos niños son: niños obesos, con historia familiar de diabetes
tipo 2